Recientemente hemos estado viendo y escuchando como nos mandan a arreglar nuestros cuartos, oficinas, y espacios donde pasamos la mayor parte del tiempo –comenzando por arreglar la cama al despertar. Y mucha gente fanática de la limpieza y el orden aprovechó la oportunidad y se desató a repetir a todas voces cosas como que “un espacio limpio es una mente despejada”. Pero más allá de eso que creeríamos cliché, hay que admitir que existe un poder real, agradable y saludable, casi transformador, en limpiar nuestros espacios y organizar nuestras habitaciones constantemente. Tanto así que ojeando conferencias respecto a este tema, aprendemos de esas opiniones de expertos y observamos detalladamente esos casos prácticos que respaldan, de alguna manera sana, esta tendencia de limpieza, orden y claridad. Vemos en muchos escenarios y en tantas personalidades como cada vez resulta más evidente que poner en practica el orden y priorizarlo con frecuencia se ha convertido en esa tarea, que ya de por sí muchos sabían, mejora nuestra claridad mental, nuestra productividad, nuestro bienestar físico y salud mental y emocional. Vaya que no es de bromas lo que ocasiona la falta de orden y limpieza.
Pero exactamente, ¿por qué es tan importante limpiar y organizar?
Investigando al respecto, aprendo también cosas que me son utilízimas comprender para mi propio desempeño y comprender el de quienes están a mi lado. Fíjate esto, si tu eres de los que se siente abrumado al ver el desorden o peroles por todos lados, no estás solo, y tienes tus razones de sentirte así. De hecho, pueda que hasta no seas tolerable aceptar el desorden de otros, y eso es comprensible.
Cuando investigaba sobre este tema, me topé con los estudios de la Dra. Libby Sander, una experta líder en psicología laboral, y ella explicaba que el desorden puede afectar cómo nos sentimos y pensamos en todo momento. Ella recalca que los entornos físicos que frecuentamos o donde comunmente nos desenvolvemos afectan significativamente nuestra cognición, emociones y comportamientos. En sus propias palabras: “Cuando nuestro entorno es caótico, nuestros niveles de estrés aumentan. Un espacio desordenado puede provocar una mente desordenada, lo que dificulta la concentración o la realización de tareas de manera eficiente”.
Y al comprenderlo un poco en detalle, comencé también a entender el porqué este hábito del orden y limpieza algunos lo ven como indicador de si una persona podría lograr éxitos a largo plazo. Y en algunos casos, la gente detalla este comportamiento en alguien para percibir la responsabilidad, madurez y compromiso que tiene respecto a algunos proyectos –claro está que también puedo verlo como algo generalizado, pero no lo descarto ahora en varios casos. Porque, fíjate, si no nos amamos y comprometemos lo suficiente con nosotros mismos como para cambiar los entornos que afectan nuestra vida y nos perjudican, estamos debilitándonos a otras fuerzas que juegan contra la nuestra. Siento es interesante mencionarlo.
Hubo otro estudio que me interesó igualmente: una investigación realizada por el Instituto de Neurociencia de la Universidad de Princeton demostró que cuando nuestros entornos están desorganizados, nuestra capacidad de concentración se limita. El estudio descubrió que el desorden compite por la atención, por lo que se deja en claro entonces que, en última instancia, reduce nuestra productividad y aumenta nuesro estrés. Que desagradable y pérdida de energía, la verda, genera perder el control de nuestros espacios.
Más adelante en mi investigación detallo hablar de otra tendencia que busca ayudar con este meollo, algo que muy probable también habrás ya escuchado: el poder del minimalismo.
Y entre casos de estudios que mencionan cómo les ha funcionado el minimalismo a tantas personas, hubo uno que te deseo compartir que sucedió con respecto al impacto en el ambiente laboral.
Un estudio de Harvard Business Review en el 2018 examinó el impacto de los entornos de trabajo desordenados en comparación con los minimalistas en el área de la productividad de los empleados. Los empleados en lugares ordenados informaron sentirse productivos un 23 % más altos en comparación con aquellos en lugares con exceso de objetos. Según estos expertos, se llega a la conclusión de que simplificar el espacio y áreas de trabajo nos ayuda a optimizar nuestra concentración y reducir las distracciones.
Ese estudio me tuvo pensativa varias ocasiones, lo admito, sin embargo, en mi caso, no suelo lograr despejar el exceso en toda área, ni constantemente. Pero si observo ideal y me ha traído resultados muy gratos para mi salud mental y relajación, empezar, por ejemplo, mi semana con orden en mis penssamientos, planes, horario y agenda, y limpieza con minimalismo en mi escritorio y áreas adyacentes. De hecho, a ratos me pongo en sintonía total con mi energía y Creador de modo que selecciono los colores que me acompañan ese día o semana, los aromas y la música que deseo mantener con ese pensamiento de orden y limpieza.
Otro caso super interesante y práctico que leía ha sido el de la famosa Marie Kondo y su magia transformadora (aunque a ratos obsesiva) del orden.
En este tema ella es tan reconocida que es inevitable tirarle unas meciones. Ella principalmente nos ha enseñado a muchos sobre centrarnos en el orden y limpieza recordando conservar o quedarnos únicamente con esos elementos que, como a ratos nos suele hacer entender, «despiertan alegría». Y yo soy de las que me sumo al dicho de que esto aunque suena simple, termina removiendo en uno de todo: hasta los traumas y apegos que tenemos por todo y por algunos. Dicen que se hizo una encuesta en el 2020 (supuestamente por la Asociación Nacional de Profesionales de la Productividad) en donde se descubrió que las personas que aplicaron el método KonMari informaron sentirse un 40 % menos ansiosas y un 35 % más contentas después de ordenar sus hogares. Y en esto mucho creo: No hay nada tan grato para tantos de nosotros que llegar y estar disfrutando un espacio limpio y en orden. Pero eso no es problema… mi debate y batalla algunas semanas es sacar el tiempo para lograr hacer toda esa limpieza que quiero, poner orden a lo esencial y que más deseo, al mismo tiempo que lograr cultivar un hábito de seguimiento para que no se me amontonen los peroles y corotos por todas partes. Pero bueno, lo voy haciendo como voy pudiendo, y sí se siente rico observar las obras terminadas.
Ahora, por qué nos hablan hoy día tanto de la conexión entre el desorden y la ansiedad y la salud mental
He observado en distintas entornos, y no solamente donde encuentro adultos ocupados –o no–, sino en todos, cómo los psicólogos y expertos en salud mental también están haciendo hincapié en ese vínculo que existe entre el desorden y el bienestar emocional. Y me parece ideal que se toque este tema incluso desde etapas temprana de nuestra vida. Una psicóloga especializada en psicología ambiental llamada Sherrie Bourg Carter escribió un artículo para Psychology Today (un website que te recomiendo porque te abre la mente a entender muchas cosas) en el que analiza cómo el desorden bombardea nuestras mentes con estímulos excesivos. Según ella, esto puede hacer que nos sintamos abrumados, ansiosos e incluso culpables.
Y yo no dudo algo, de hecho lo he compartido con amistades, y es que sí creo que para quienes sufren ansiedad y estrés el orden y la limpieza debería ser un punto esencial de estudio y ejercicio. La UCLA en un estudio que les hicieron a algunas mujeres, se destacó que las participantes que describieron sus hogares como «desordenados» tenían más probabilidades de tener niveles elevados de cortisol, que es esa famosa hormona del estrés. Es decir, cariño (y tú, amiga), mientras más desorden en casa, más estrés. No es un secreto, lo sabemos, pero vaya que necesitamos nos lo repitan. YO LO NECESITABA. En cambio, continuando con el estudio, las personas que mencionaban vivir en espacios limpios, resaltaron que le promovía calma y el equilibrio. La calma y el equilibrio que tanto queremos… en el orden y la limpieza encontraremos mucho.
Aquí te paso un par de consejos que tomé para que me ayuden a vivir mejor y en espacios más dignos
Primero y principal… para limpiar y organizar hay que hacernos tiempo y crearnos el ánimo para ello.
1- Empieza por algo pequeño: Nos sugieren empezar por una zona de la habitación, de tu casa, como un escritorio o un estante. Esto hará que la tarea parezca menos abrumadora y los pequeños logros pueden motivarte a abordar espacios más grandes.
2- Primero ordena luego limpias: Deshazte de los objetos que ya no necesitas o usas (para mí esta es una de las tareas más dificilonas porque tiendo a ser apegada a muchas cosas). Pero ahora trato de recordar decirme cosas similares a que ¨si no me dá alegría, se va¨, o ¨si no lo he usado por más de 6 meses o un año, lo dono o lo vendo… pero bye bye¨.
3- Crea zonas funcionales: La organizadora profesional Julie Morgenstern aconseja crear zonas para diferentes actividades en tu casa u oficina. Y en esa parte si tiendo a ser buena, me gustan mis espacios identificados. Por ejemplo, dedica un área al trabajo, otra a la relajación y otra a los pasatiempos. Esto hace que sea más fácil mantener todo en su lugar.
4- El mantenimiento es clave: Particularmente, esta es la parte con la que tengo mal hábito. Consiste en lo siguiente: recordar que organizar no es un evento de una sola vez. Recomiendan programar sesiones de orden periódicas (ya sean 10, 15 o 30 minutos al final de cada día o una hora cada fin de semana) para poner las cosas en su respectivos lugares y así evitar que los espacios se nos vuelvan caóticos.
5- Aplica la regla de uno entra, uno sale: Esta es una estrategia minimalista popular es la regla de «uno entra, uno sale». Por cada artículo nuevo que traigas a tu casa o espacio, retiras uno.
Y para terminar esta reflexión, investigación y artículo de hoy, entendamos que todo esta experiencia es muy personal para cada uno de nosotros. Así que tratémonos con amor y paciencia. No olvidemos pedir ayuda a un ser querido, porque cuando la gente nos quiere va a buscar darnos una mano. Y ya con los sitios más ordenados y limpios, podremos atenderlos más bonitos y con muchísimo más gusto.
Mantengamos presente lo que la ciencia también anda respaldando, que esto no solo se trata de ordenar tu espacio físico, se trata de aprender a hacer espacio para una mente más clara y tranquila. Y vaya que todos lo merecemos.
Un abrazo, corazón.