Esta es una frase que escucho prácticamente todos los días. El tiene 12 años y en cada oportunidad que encuentra que puede comprobar sus conocimientos o superioridad frente a su padre, siempre dice “con mis poderes de ninja”. Qué lindo es poder usar una frase con tanto significado o tanta libertad que nos haga sentir no sólo con energía, sino tan poderoso.
Yo creo que muchos de nosotros hemos albergado por varios años durante nuestra niñez algunas frases típicas de superhéroes. Yo recuerdo que en mi caso no eran poderes de ninja, pero en esos días veíamos Bruce Lee con papá, hasta jugaba a dar vueltas como la Mujer Maravilla, y a eso de las 5:00 de la tarde entre semanas llegaba corriendo de la escuela porque transmitían en la TV unos de mis programas preferidos, “Los Thundercats” (¡qué no jugábamos mis hermanos y yo al representar a esas figuras animadas!). Había algo que solía desear, un tanto curioso para mi pensarlo ahora, y es que llegué a añorar tener un muñequito pequeñito que me hablara sólo a mí (y talvez sean los orígenes del porqué hablo sola); pero me imagino que era como esperar tener algo que me dijera lo que podría ser correcto. ¡Que momentos!!
Al pasar el tiempo todos comenzamos a olvidar cada una de esas frases de superhéroes, y empezamos a crear nuestras propias frases mentales y a mantenerlas bien guardadas. Así cada mañana no pedimos a aquellos ninjas que nos hagan poderosos, pero sí nos recordamos a nosotros mismos las mil y unas razones por las que debemos seguir esforzándonos esperanzados en lograr y hacer de nosotros aquello que deseamos intensamente.
Yo creo que nunca tuve, ni tendré poderes de ninja que me hagan invencible, pero con cada experiencia vivida he formado las herramientas y las protecciones suficientes para hacerme poderosa cada vez que sé que enfrento adversidades y enemigos.
Sin embargo, no te niego que aún admiro la fuerza con la que una palabra transforma a su padre y a su hijo cada vez que jugando repiten: “con mis poderes de ninja”.