Una vez, leyendo una revista que estaba en un consultorio mientras esperaba por mi turno para ser atendida, me encontré con esta frase que atrajo mi atención: “No estamos en el negocio de elevar a los oprimidos.” Esas palabras son de un hombre llamado Earl Nightingale –un locutor de radio estadounidense quien tocó temas del desarrollo del carácter humano, la motivación y la existencia significativa, según se explica mejor en Wikipedia— y son palabras que sacan a colación tantas experiencias que nos pasan y que aprendemos de las personas en nuestra vida.
Ese día, recuerdo que quedé indagando sobre las dificultades que presentamos por las personas oprimidas (es triste muchas veces lo que nos pasa con ellos) y terminé acordando con la tan repetida frase que me decían mis padres: «Escoge bien tus amistades y sé tú la que piense y decida las cosas que vas a hacer, porque la responsabilidad va a ser tuya«.
Earl Nightingale se expresó así, con esa frase que escribí arriba, al referirse sobre la labor que tenía con su empresa y su gente; el resaltó que ellos (en su empresa) solamente podían ayudar a quienes tenían el deseo de crecer, aprender, salir adelante, y que genuinamente buscaban por apoyo y guía para tomar acción que los transformara.
Y considerando ahora todo esto, realmente es delicado mantener relaciones con personas que están quizá muy heridas, por las razones que sean, porque afectan nuestro proceder. Si nosotros no estamos suficiente y mentalmente fortalecidos, claros y determinados en las cosas que queremos lograr y las acciones que debemos tomar, habrá entonces mucha probabilidad que estas personas consciente, o inconscientemente, nos perjudiquen con lo que nos dicen.
No es un secreto que pasar mucho tiempo con personas que están oprimidas hacen disminuir nuestras probabilidades de éxito y aumentan insatisfacciones en nosotros.
Generalmente, se ha estudiado, que en esos complejos escenarios, los oprimidos tienden a no tener deseos de que a uno le vaya bien, y en muchos casos elllos hacen y dirigen pensamientos para que no se logre nada … y son a veces tan astutos para implantar en nuestra mente pensamientos equivocados sobre las cosas e ideas que mantenemos. Y aunque pensemos que podemos controlar todo ello cuando estas personas ya no están presentes, resulta lo contrario: nuestro cerebro, nuestra mente subconsciente, se queda trabajando con las frases terribles o imagenes que nos dejaron.
¡Tengamos cuidado de pasar tiempo con personas oprimidas! – así terminaba el tema de la revista en el consultorio. Aprendamos maneras de cómo manejarnos efectivamente en escenarios donde predomine la opresión, y a pulirmos con estrategias necesarias para ir alejándonos de esas personas educadamente con entereza y firmeza, al mismo tiempo que abrimos espacios para otras mejores relaciones.
Crear mejores relaciones es una manera maravillosa que nos hace explorar la prosperidad y la abundancia en toda área y nivel, y es una gran bendición que merecemos todos vivir, experimentar o simplemente comenzar a soñar. Igualmente, algo importante para recordar también es ir trabajando en nosotros mismos con estos pensamientos de abundancia y prosperidad hasta el grado que quienes se nos acerquen puedan sentirlo y recibirlo de nosotros -seamos recíprocos en este crecimiento-.
Gracias por acompañarme y te deseo un felíz día.
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