Esta nota o artículo estuvo publicado en uno de los grupos sociales que frecuento, fue actualizado y lo considero ideal para compartirtelo aquí en mi web también.

El primer día que entré a la página de Retos Femeninos, fue con la intención de encontrar una red de mujeres que fuera algo distinta a las otras redes o networks que visitaba; lo genial, es que Retos definitívamente es una de esas redes distintas (que bella que sea una web latina!). Creo que en aquel entonces no había ni 320 miembros aún, y en menos de un mes ví como crecieron la audiencia a 7.000 personas (gracias a una conferencia que realizaron en México) – cosa que hizo esta web social más interesante por la variedad de personas que se registran allí diariamente y los temas que compartían. Hoy, ya meses después, sigo entrando en Retos Femeninos porque siempre hay algo nuevo en que reflexionar, en que compartir, sobre el que opinar, o solicitar un feedbak claro, ¿no lo crees?.

Hoy escribo sobre algo que me hace reflexionar en cuanto a qué es lo que hacemos mal cuando los obstáculos parecen frustrarnos o cegarnos por un momento las etapas de la vida. Y un gran obstáculo al que me refiero en esta oportunidad es al del papel que juega “el trabajo” en todo el recorrido de esas etapas.

¿Qué tan importante es el trabajo en nuestra vida?, “mucho”, me dirás. ¿Es realmente el disfrute, o la dependencia, o la comodidad, o la pertenencia a un trabajo lo que ocasiona tanto «dolor» cuando lo perdemos? Hay casos en donde personas parecen no poder darse el lujo de perderlo, y tuve un compañero de trabajo que me confesó que ní siquiera podía darse el lujo de estar ausente un par de días. ¿Uds. creen que eso es una condición sana para trabajar?

¿Vale la pena ser tan leal a una empresa o a una posicion laboral que no ofrece condiciones favorables a nuestra vida?

¿Vale la pena mostrar tanta lealtad a los trabajos en donde no nos tienen en consideración para nada?

Situaciones desafiantes con preguntas como estas son las que viven miles de personas aún en nuestros países (centro y sur de América). Los trabajos, así como el dinero, creo que van y vienen. Profesionales en diferentes materias suelen decir que hay que aprender a hacerse y ver como ‘amigos’ a los trabajos y a no atarlos, pero sí a generar la posibilidad de que circulen y se mantengan en un flujo constante con y hacia nosotros. Y una pregunta que me abruma es ¿dónde quedamos nosotras como mujeres, como madres de familia, cuando hemos perdido nuestro trabajo?. Y una inquietud muy común y que por lo general nos afecta a todos, y del cuál parece que muchos gobiernos y sistemas en nuestras sociedades no le prestan la mayor atención, es relacionado a nuestra edad.

¿Cuál es el problema con nuestra edad?

Me refiero a la edad porque está muy en boca en las mujeres tocar la edad cuando estamos en etapas de cambio. ¡La creatividad no tiene edad! – dicen muchísimos.

¿Acaso no merecemos ser mejor valoradas por la experiencia y el carácter que hemos ido desarrollando durante nuestros mejores tiempos laborales? Te pregunto, ¿realmente qué tan mal crees que es el haber perdido tu trabajo? ¿porqué consideras mala la experiencia? ¿Por qué y a qué le tienes tanto miedo?

¿Le temes realmente a la incapacidad de no poder hacer cosas nuevas o diferentes?

Estoy hasta curiosa ya por saber si presentamos los mismos temores todas nosotras. No se tú, pero yo en particular creo en un ser supremo que rige y que sé que me protege, ¿no recuerdas a ese ser grandioso como el primer amigo a quien recurrir para conversar durante esos días que parecen ser tan largos? Apóyate primeramente en creer que hay un poder y una fuerza mucho más inmensa y poderosa que esos pensamientos negativos que te abruman en algún momento. Desahógate lo necesario para no tener que hacerlo con todo aquel que viene a tí. Al menos hacerlo libera increíblemente.

Perder el trabajo es un recordatorio, así como muchas cosas lo son, de que nada nos pertenece. Nada es totalmente seguro en la vida. Nada tiene un valor real más que el valor que le damos a las cosas en cierto momento, así lo sigo creyendo.

Si eres capaz de valorar tanto un trabajo que has perdido, por la razón que haya sido, ¿no crees que valgas más tú primero como persona? Y ese es un punto importante que reconocer cuando decidimos por los nuevos pasos a tomar.

La pérdida de algo que importa en nuestra vida diaria hiere mucho, y cuando es tán necesaria o prácticamente insustituible hiere aún mucho más, y por más tiempo. Así que no queda otra que reconocer lo que está pasando, apretarnos los pantalones, sacudir nuestras polveras y maquillajes, buscar el perfumito que tengamos para ocasiones especiales, y decidir comenzar yá a cambiar o ‘innovar’.

Si te encuentras que estas hablando mal sobre tu situación a cada rato, muchas hemos pasado por allí y descubierto que necesitamos detener ese hábito. Hay que parar de pregonar lástima con las palabras mal expresadas cuando escribimos y solicitamos por oportunidades para trabajar. Las primeras palabras de algunas mujeres son (muchas veces inconscientemente expresadas) tan negativas sobre ellas misma que las hacen lucir todo lo subestimadas que están. No, no y no! así no funciona. Yo creo que a ninguna mujer en tales situaciones nos gustaría que nuestras hijas nos vieran con cada desafío. El primer buen paso en esa ‘mala racha’, como decimos algunos, funciona comenzando con el estima, y éste hay que tenerlo muy alto aunque cueste lo que cueste.

El perder un trabajo es un nuevo chance de decir, “ok, aquí voy de nuevo. La vida me está pidiendo un nuevo cambio. La vida quiere ver una vez más que tan creativa y adaptable soy. Y lo haré”. No es fácil adoptar esa actitud, pero hay que comenzar, y sin importar nuestra edad.

Muy bien es cierto que a edades ‘más’ maduras, menos tiempo que perder – lo sé. Pero a edades ‘más’ maduras, mujeres más creativas por venir, ¿qué opinas? “Pero tengo hijos” dice alguien por allí. “Yo en mi caso no he trabajado por tanto tiempo y ya no estoy tan joven, ¿entiendes?” (otro de los comentarios). Y si entiendo, y creo que muchas entendemos a estas mujeres, ¿verdad? Sin embargo, hay algo que tu también puedes aprender y entender , o al menos recordar si ya lo habías escuchado antes, y es que está permitido expresar nuestra frustración (o preocupación, o como quieres llamarle) en una o dos conversaciones con una querida amiga o consejera. Pero ¿sabes qué no podemos hacer contínuamente? No podemos pregonarlo todo el tiempo -aunque lo queramos, por molestia o impotencia-, porque aunque aún cause dolor la situación, los demás huyen de esa sensación (nadie quiere absorberlo) y en vez de poder ayudarnos nos van ignorando. La energía constante en altibajo auyenta a la energía que va en prosperidad. El punto en este párrafo es: aceptar la responsabilidad de expresar nuestros sentimientos lilberándolos con cautela e intención.

Hay personas quienes abierta y genuinamente ayudan a llegar a soluciones; pero hay también quienes te empujan a enfrascarte en errores y a permanecer en huecos sin salida.

Hay incluso lo más duros, aquellos que disfrutan verte sufrir. Sí, si los hay – tu y yo conocemos a muchos. La franqueza con todo aquel que se nos presente no siempre funciona, ¿sabes por qué? Porque mucha franqueza no vende cuando otros no ven la acción; el deseo y las esperanzas puestas en esa persona para cambiar o encontrar alguna solución.

Es importante tener cuidado como vas presentándote en nuevas oportunidades de trabajo. Y tengo otra pregunta más relacionada a las inquietudes mencionadas, ¿acaso el tener hijos nos hace lucir como una mujer con probabilidades a ser irresponsable en el trabajo? No lo sé, tú dime.

O ¿el haber sido ama de casa no hace a una mujer más competente en el mercado laboral? ¿Tú qué crees?

Aquí lo que importa es lo que tú pienses y como lo vas a decir. Mereces estar bien preparada para defender a esa mujer que encara la vida con valor. Vaya que me encantaría escuchar tus ideas. El tener hijos o criarlos en el justo tiempo cuando no tenemos trabajo, no lo considero siempre una posición desventajosa, y me importa un pepino lo que diga o plasme esta sociedad. En mi opinión considero que los hijos son una prueba tan grandota a la hora de tomar decisiones. Porque además es un punto de vista que comprueba frecuentemente cómo nuestras decisiones son basadas para un beneficio grupal: el beneficio por tí, por tus hijos, y por tu pareja que también pudiera estar sin trabajo.

La imagen de un perdedor es lo primero que muchos vemos cuando decimos o escuchamos “me he quedado sin trabajo”, pero no por la frase que connota sino más por el lenguaje no verbal con el que comunmente viene acompañado: es muy deprimente – hombros caídos, ojos hinchados, mal postura, y una mirada tan perdida, aquellos temblores y movimientos desesperantes, tanto descuido personal e inseguridad – son tantos detalles desapercibidos para el hablante. Y aún más interesante es esa depresión que parece quedarse impregnada en cada ser por varios meses, en donde muchos no se dan cuenta que comenzar de nuevo a buscar trabajo o hacer nueva vida empieza justamente en la venta de esas primeras palabras.

“No tengo habilidades para tantas cosas”, “ya estoy vieja para eso”. “El tren se me pasó, son tantos años”. “¿Pero qué puedo hacer yo?, tengo tanto tiempo sin trabajar”. ¿No son estas unas palabras desalentadoras? (lo es para algunos que no viven la situación como tú, o para otros con un caracter más fuerte).

Sabes algo que he aprendido, y espero que mi persona lo recuerde por mucho tiempo, es que hay que aprender a jugar con la imagen, y no es solo sobre el qué color de ropa usar, o cúal estilo me pueda quedar mejor; es aprender a jugar con la imagen de mí como un todo. No es fácil salir cuando se está deprimido a buscar trabajo, vender, u ofrecer servicios, o simplemente hacer nuevos contactos. No es fácil así. Sin embargo, si es más suave si lo hacemos con una ropa limpia, bien planchada, con unas palabras preparadas, con un currículo o plan en mano, después de habernos profundamente valorado a nosotras mismas primero. Estar erguidas, ser realistas pero con buenas vibras para las cosas, positivas, optimistasy proactivas, hasta cansarnos de repetirnos esta frase “soy una mujer capaz” todo el día hasta creerlo. Recordemos que podemos crear frases y optar conductas que nos beneficien diariamente.

Un siguiente paso a tener presente es planear.

No se puede salir a batallar cuando no tenemos un plan en mano. ¿Qué pasa si en la calle alguien nos pregunta las razones por las que lucimos distintos? (de repente nos sienten o ven lucir más optimistas/positivas), y no sabemos decir lo que supone debemos haber planificado y preparado de antemano; no tiene sentido salir entonces. Algo para comenzar a trabajar en cuanto a tu persona es recordar que nadie te va a pintar mejor que tu misma, o sea, tú eres quien se luce mejor hablando de ti misma, de tus cualidades y todo lo demás. ¡Aprovecha ese momento cuando llegue! Con todo esto deseo sugerirte que no le dejes la responsabilidad a otra persona a buscarte trabajo. Vé tú y toca puertas y ventanas, y cuanta página web creas que tiene buena conexión. Ofrécele algún servicio que sabes que darás muy bien a todo a quien conoces, pero siempre con orgullo. Que te sientas no como que buscas otro trabajo, sino que buscas el trabajo ideal para ti, para tu familia, para tu bienestar y tu salud, ¿por qué? Porque lo pediste a Dios, al universo, antes de salir a dedicarte a ello.

Amiga, tal vez no sean reflexiones que te ayuden mucho justo ahora, pero deseo con todo corazón, que así como me conmueve leer sobre muchas de uds. aquí, puedas ser conmovida a decir, “acepto que debo mejorar, y desde ahora en adelante quien quiera que me vea, me verá como ganadora, porque así lo decido, y porque así lo pedí, y porque esa es la actitud de una mujer creativa y capaz”. No hay tiempo que perder, y con intentarlo no se pierde nada.

Muchos éxitos. Encantada de recibir tu feedback también.

(De mi blog en www.RetosFemeninos.com )

Artículos relacionados.
The Art of Reading

El Arte de Leer…..The Art of Reading. Hace 5 dias estuve leyendo parte de un libro, especificamente unas hojas fotocopiadas, Read more

Entre Cristales, Piedras y Pizza

Con cristales, piedras preciosas y pizza, preparádome para mi viaje a Venezuela 😉

“ The Secret ”.

Este Lunes 29 de Septiembre después de almorzar una suculenta sopa de caraotas rojas con salchichas y un arroz amarillo Read more

Ser Escritor …
Ser Escritor … uhm!

Debemos ser muy buenos lectores. Y luego, si así queremos, intentar también escribir frecuentemente. Porque algo maravilloso con ello es Read more

Imagenes relacionadas:

Comparte este artículo cuando gustes.

Puede que también te guste...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *